Si creces en un gueto y eres consciente de la basura que te rodea, haces lo imposible por escapar. Como el estadounidense André Waters (1960-2006) defensor de fútbol americano, conocido como "el Sucio", por su juego agresivo y contundente. Pegaba y recibía por igual. "¿Cuántas conmociones he sufrido? Perdí la cuenta a partir de la decimoquinta", confesó en una ocasión. Desde el año 1991 sufría desmayos, tapados por su club. Jugaba sin atender a mareos o dolores. En 1995, retirado, probó suerte como entrenador. Comenzó una cuesta abajo silenciosa, rematada con un tiro en los sesos en su casa de Florida. Muy extraño. ¿Suicidio o asesinato? No dejó nota alguna. Padre de tres hijos, mantenía una terrible disputa por la custodia de la más pequeña. De carácter variable, parecía desilusionado con su nuevo trabajo. Un análisis posterior encargado por su familia describió su cerebro como el de un anciano de 85 años, con principio de Parkinson. ¿Crimen pasional o pánico personal al presenciar el comienzo de su decadencia? Todo es posible.
Publicado en La Región (14-05-2007)