SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

martes, 6 de mayo de 2008

CHOQUE DE CIVILIZACIONES



Ayer el canal de televisión La 2 emitió la extraordinaria película "Sólo un beso". Soplo de aire fresco -y real- entre el bombardeo de filmes políticamente correctos y multiculturales, donde no existen las diferencias y la malvada sociedad occidental tiene la culpa de todos los males. Porque hoy odiar a Bush, Estados Unidos e Israel; ser ecologista, de izquierdas, solidario, sostenible, feminista, demócrata y tolerante -con todo lo que no sea el cristianismo- no es precisamente arriesgado ni innovador. Ni rebelde ni contracorriente.


El director, Ken Loach, trata siempre temas muy interesantes pero con un claro estilo subjetivo. Algunas de sus películas son demasiado tendenciosas en mi opinión, por eso me sorprendió especialmente este trabajo cuando lo ví por primera vez en el Festival de Cine Independiente (?) de Orense.


"Sólo un beso" (Ae fond kiss) cuenta la relación entre un joven amante de la música dance llamado Casim (Atta Yakub) , cuya mayor ilusión consiste en abrir su propio local nocturno cosmopolita, y una maestra de música clásica de secundaria en un colegio de Glasgow, llamada Roisin. Un pequeño incidente casual propicia el primer encuentro, saltando la chispa inevitable con el roce permanente. Hasta aquí, todo normal.

Pero hay un gran problema. El chico es de origen británico pero descendiente de una familia paquistaní asentada en Inglaterra, acogida tras una terrible experiencia por el conflicto indio-musulmán de 1947. Este detalle, seguramente menospreciado o tapado por unos, es la línea principal del argumento. La familia de Casim reside en Occidente pero piensa y vive como en Oriente Medio. Su hermana mayor ha sido entregada en matrimonio de conveniencia, a su hermana pequeña no le permiten salir por la noche ni estudiar periodismo fuera de casa y, a él, le quieren casar con una prima.


En Casim estalla un terrible conflicto interior. Se enfrentan su educación familiar musulmana contra el mundo occidental donde ha crecido. Está perdidamente enamorado de la sensual y culta profesora irlandesa (espléndida Eva Birthistle), recientemente separada. Debe elegir entre el amor, su futuro, sus prioridades; y el honor familiar, la tradición y cumplimiento de sus preceptos religiosos. Para conocimiento de muchos progres henchidos cuando disertan sobre el Islam, faltar a esta costumbre supone el desprecio perpetuo del infractor y la humillación pública de su familia. Conocidos son los llamados "Crímenes por Honor", donde los propios hermanos o progenitores asesinan a una hermana o hija descarriada que no acepta ser desposada con un desconocido. "¿Qué va a pensar la Comunidad de nosotros?", se pregunta en una ocasión el padre de Casim. Su familia lo intentará todo para convencerle y llevar a cabo la boda concertada.

Koach tiene el cuidado y sensibilidad de no presentar a la familia de Casim como una banda de fanáticos. Son personas humildes, trabajadoras, buenos ciudadanos. Su padre dejó atrás un terrible exilio y la pérdida de un hermano gemelo. Su madre es bondadosa y sacrificada. Su hermana mayor es una chica que viste de forma occidental, que intenta mediar entre la ilusión universitaria de la pequeña y la oposición paterna. Son personas que respetan las leyes occidentales pero se deben a la tradición musulmana. Un gueto gigantesco dentro de una ciudad. Un problema creciente y latente ante la miopía de nuestros sesudos políticos.


Por la otra parte también hay tensiones. Roisin es profesora temporal en un colegio católico. Para que su contrato se convierta en fijo es necesario de un certificado de "buena conducta" expedido por el párroco local, quien no ve con buenos ojos su condición de "separada viviendo en pecado con un moro". La diferencia -y en mi opinión Loach da por una vez en el clavo- es que en Occidente la sociedad no está sometida a la Biblia. La ruptura se produjo hace cientos de años, violenta como todo lo concerniente al ser humano. Poseemos una influencia griega, romana y judeocristiana muy profunda, pero nos regimos por una serie de leyes que limitan la religión a una esfera individual. Algo impensable en Irán, Palestina, Paquistán., Arabia Saudí o Argelia. Turquía y el Líbano, con amplia presencia cristiana, son las grandes excepciones.

Así vemos como el director del colegio se salta el protocolo y le firma el contrato, decisión que no evitará su despido. Roisin, ofuscada, despotrica contra su civilización. Crítica que nunca vemos en su enamorado compañero. Ésa es la diferencia. Casim asume que su decisión destruirá a su familia pero no se plantea ni por asomo dudar de su tradición. Para él es una desgracia inevitable, pero no por culpa de su estilo de vida.

Solos en tierra de nadie. Dos almas que se encuentran, nadando a contracorriente contra una avalancha de millones de fieles, contra una religión incompatible con la sociedad occidental. El final es verdaderamente trágico, porque Koach se niega a tapar lo que otros no quieren ver. Bravísimo y valiente. Al menos por una vez.