Durante la década de los noventa todos los niños que jugaban al baloncesto querían ser como Michael Jordan -"Like Mike" fue, por cierto, el lema de una de sus innumerables campañas publicitarias-, sin saber que, el propio Mike quería ser Julius Erving cuando era uno como ellos. Uno como nosotros.
Julius Erving (Roosevelt, Nueva York, 1950) conocido como el "Doctor J" ha sido uno de los jugadores de baloncesto más elegantes en cualquiera de sus movimientos. Sus mates, sus tiros en suspensión, su bandejas agarrando la pelota con una sola mano, sus increíbles acciones a aro pasado, su rostro siempre sereno... Sus mejores momentos forman parte ya de la Historia de este deporte. Poseía un cuerpo atlético, sin la excesiva definición muscular de los jugadores contemporáneos, espigado y bien proporcionado. A excepción de su etapa "afro", era un tipo muy elegante vistiendo, hablando y desenvolviéndose en público. Además, supo retirarse a tiempo, cuando aún mantenía una estupenda condición física e importancia en Philadelphia.
Su elegancia no pasó desapercibida para muchas mujeres. Uno de sus muchos líos de faldas precipitaron su posterior divorcio. Por desgracia, vivió además la caída en la droga de uno de sus hijos. Los golpes que da la vida. En la cancha modeló auténticas obras maestras. Así queremos recordarle. Julius Erving, doctor en Bellas Artes por la Universidad del Baloncesto.
Julius Erving (Roosevelt, Nueva York, 1950) conocido como el "Doctor J" ha sido uno de los jugadores de baloncesto más elegantes en cualquiera de sus movimientos. Sus mates, sus tiros en suspensión, su bandejas agarrando la pelota con una sola mano, sus increíbles acciones a aro pasado, su rostro siempre sereno... Sus mejores momentos forman parte ya de la Historia de este deporte. Poseía un cuerpo atlético, sin la excesiva definición muscular de los jugadores contemporáneos, espigado y bien proporcionado. A excepción de su etapa "afro", era un tipo muy elegante vistiendo, hablando y desenvolviéndose en público. Además, supo retirarse a tiempo, cuando aún mantenía una estupenda condición física e importancia en Philadelphia.
Su elegancia no pasó desapercibida para muchas mujeres. Uno de sus muchos líos de faldas precipitaron su posterior divorcio. Por desgracia, vivió además la caída en la droga de uno de sus hijos. Los golpes que da la vida. En la cancha modeló auténticas obras maestras. Así queremos recordarle. Julius Erving, doctor en Bellas Artes por la Universidad del Baloncesto.