Irán es una dictadura. Una república islámica de casi
83 millones de habitantes donde, según un expresidente, "no existe un solo
homosexual".
Rivales, deportistas exiliados y asociaciones de
derechos humanos acusan a Foroughi de ser miembro activo de la Guardia
Revolucionaria Islámica, grupo calificado como 'terrorista' por Estados Unidos,
Israel, Arabia Saudí, Gran Bretaña o Baréin.
La Guardia es un organización con diversas vertientes
-paramilitar, social, económica- casi un gobierno paralelo, cada vez con más
poder en Irán. Tiene una facción denominada 'Basij' que ayuda y financia a
'Hezbollah', 'Hamás' o la 'Yihad Palestina'.
Según la versión iraní, Foroughi es enfermero y prestó
servicio médico en Irak o Siria. Según la versión opositora, es un asesino y
fanático que "se entrena" disparando a blancos humanos en zonas de
conflicto. Una acusación todavía no probada.
Todo es posible. Incluso que Foroughi se involucrase en
el movimiento para sobrevivir, trabajar y evitar sospechas. También es cierto
que su país envía a los Juegos sólo a deportistas afines.