¿Por qué merece el podio? En 2017 se descubrió uno de
los mayores escándalos del deporte mundial. El dopaje de Estado aplicado por su
gobierno, al mejor estilo de la añorada URSS.
Medalla de bronce: Putin logró que, sólo un año
después, el COI reincorporase al expulsado y denigrado comité ruso. A tiempo
para participar en los Juegos de Pyeongchang y lograr 17 preseas.
Medalla de Plata: Putin evitó que las sanciones
afectasen a su selección en el Mundial de fútbol de 2018. Gastó 14.200 millones
de dólares para 'asegurar' el desarrollo sin incidencias y vender la nación a
todo el planeta.
Medalla de Oro: Putin logró reducir la sanción de
suspensión impuesta por la Agencia Mundial Antidopaje en 2019, de cuatro a dos
años, y la admisión de sus deportistas en los Juegos de Tokio.
Bajo bandera olímpica, con el concierto para piano de
Chaikvoski como himno y con la denominación 'ROC', sí. Pero todos sabemos que
es Rusia. Sexta hoy en el medallero, tercera si sumamos todos los metales.