Manuel Francisco Dos Santos (1933-1983) nació como "Garrincha", así apodado por un hermano por su extraordinaria habilidad para atrapar al vuelo a este tipo de pájaros, típicos en el Mato Grosso brasileño. Nació con otro don, el de jugar al fútbol, a pesar de tener los pies torcidos 80 grados hacia el interior, sufrir la poliomelitis y tener la columna vertebral muy desviada. Todo ello agravado por las sucesivas operaciones infructuosas a las que fue sometido. Parecía un Charles Chaplin en pantalón corto, hasta que cogía la pelota y volaba por la banda derecha, regateando a todos los que pretendían detenerle. Aquí terminan sus virtudes. El bicampeón del Mundo de fútbol y auténtico dios en su país fue un desastre en su vida personal. Se casó tres veces y tuvo 13 hijos desperdigados. Los culebrones más seguidos por los brasileños fueron los devaneos y cuernos en público que puso a sus esposas. Alcoholizado y en la miseria, perseguido por el fisco, murió en Río de Janeiro. Fue un garrincha que nadie pudo atrapar al vuelo.
Publicado en La Región (11-12-2006)