SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

jueves, 24 de enero de 2008

LLOYD DANIELS, RECUERDA TU HOMBRO


Su madre murió de cáncer cuando él tenía tres años. Su padre, de carácter depresivo se abandonó a la bebida. Lloyd Daniels (1967) creció en las calles de Brooklyn y Queens. En los patios de baloncesto era un ángel con una pelota. En el instituto, un demonio, traficante de drogas y casi analfabeto, entre otros problemas por no atajar a tiempo una dislexia. "Va a ser mejor que Magic Johnson", auguraban los especialistas. "Valgo un millón de dólares", aseguraba él entre delitos y faltas escolares. En 1987 fue expulsado de la universidad, tras ser detenido durante una redada contra el "crack". No fue lo peor. El 11 de mayo de 1989, perdido para el baloncesto, unos traficantes le pegaron tres tiros a la puerta de su casa: uno muy cercano a la yugular, otro en un pulmón y un tercero, que quedó alojado para siempre en su hombro izquierdo. Milagrosamente recuperado, vio la luz y se rehabilitó. Casado, padre de una niña, en 1993 debutó en la NBA, aunque ya no era el prodigio que prometía. "Soy un adulto que está empezando a gatear". Cuando duda en los malos momentos, se acaricia el hombro. Está vivo y es lo que importa.

Publicado en "La Región" (04-12-2006)