Su madre murió de cáncer cuando él tenía tres años. Su padre, de carácter depresivo se abandonó a la bebida. Lloyd Daniels (1967) creció en las calles de Brooklyn y Queens. En los patios de baloncesto era un ángel con una pelota. En el instituto, un demonio, traficante de drogas y casi analfabeto, entre otros problemas por no atajar a tiempo una dislexia. "Va a ser mejor que Magic Johnson", auguraban los especialistas. "Valgo un millón de dólares", aseguraba él entre delitos y faltas escolares. En 1987 fue expulsado de la universidad, tras ser detenido durante una redada contra el "crack". No fue lo peor. El 11 de mayo de 1989, perdido para el baloncesto, unos traficantes le pegaron tres tiros a la puerta de su casa: uno muy cercano a la yugular, otro en un pulmón y un tercero, que quedó alojado para siempre en su hombro izquierdo. Milagrosamente recuperado, vio la luz y se rehabilitó. Casado, padre de una niña, en 1993 debutó en la NBA, aunque ya no era el prodigio que prometía. "Soy un adulto que está empezando a gatear". Cuando duda en los malos momentos, se acaricia el hombro. Está vivo y es lo que importa.
Publicado en "La Región" (04-12-2006)