Dentro de la escatológica programación televisiva actual -que, no olvidemos, se prepara conforme a los índices de audiencia y gustos de los españoles- todavía existen programas de obligada visión. Uno de ellos es "Callejeros", un soplo de calidad en la cadena Cuatro.
"Callejeros" tiene un formato simple. Soltar al periodista en cuestión con la cámara por el mundo real, el mundo que nos rodea. No ese cosmos solidario, sostenible y progre en el que viven inmersos, e intentan incrustrarnos con calzador, la clase política-equina de nuestro país.
Gracias a esta serie de documentales somos testigos de los grandes problemas que nos acechan -inseguridad ciudadana, inmigración descontrolada, juventud sin norte, saturación y burocratización de los servicios públicos, crisis de valores...- aquellos que incluso hemos padecido durante momentos de nuestra vida. Problemas latentes y en aumento que suceden ante los ojos de una cámara que se limita a ser testigo, muy lejos del afán protagonista y en muchas ocasiones manipulador de grandes estrellas de investigación como Mercedes Milá o Jon Sistiaga.
Sí, todo es manipulable. En este hipotético caso Reporteros podría ocultar parte importante de sus grabaciones o sólo exponer la contraria. En todo caso, las imágenes emitidas no admiten duda y advierten, a quien tenga ojos, que el bienestar y el estilo de vida que hemos disfrutado en los últimos años está cambiando de forma fulgurante, en especial en las grandes ciudades. Que mientras los políticos se preocupan de aprobar el proyecto Simio y erradicar por completo el tabaco de la faz de la Tierra existen conflictos que pueden explotarles en la cara si no se afrontan desde este momento. Pisen la calle y compruébenlo con sus propios ojos.
No dejen de ver "Callejeros". Los viernes por la noche en Cuatro.
Extracto de un reportaje sobre las estaciones más peligrosas de España.
"Callejeros" tiene un formato simple. Soltar al periodista en cuestión con la cámara por el mundo real, el mundo que nos rodea. No ese cosmos solidario, sostenible y progre en el que viven inmersos, e intentan incrustrarnos con calzador, la clase política-equina de nuestro país.
Gracias a esta serie de documentales somos testigos de los grandes problemas que nos acechan -inseguridad ciudadana, inmigración descontrolada, juventud sin norte, saturación y burocratización de los servicios públicos, crisis de valores...- aquellos que incluso hemos padecido durante momentos de nuestra vida. Problemas latentes y en aumento que suceden ante los ojos de una cámara que se limita a ser testigo, muy lejos del afán protagonista y en muchas ocasiones manipulador de grandes estrellas de investigación como Mercedes Milá o Jon Sistiaga.
Sí, todo es manipulable. En este hipotético caso Reporteros podría ocultar parte importante de sus grabaciones o sólo exponer la contraria. En todo caso, las imágenes emitidas no admiten duda y advierten, a quien tenga ojos, que el bienestar y el estilo de vida que hemos disfrutado en los últimos años está cambiando de forma fulgurante, en especial en las grandes ciudades. Que mientras los políticos se preocupan de aprobar el proyecto Simio y erradicar por completo el tabaco de la faz de la Tierra existen conflictos que pueden explotarles en la cara si no se afrontan desde este momento. Pisen la calle y compruébenlo con sus propios ojos.
No dejen de ver "Callejeros". Los viernes por la noche en Cuatro.
Extracto de un reportaje sobre las estaciones más peligrosas de España.