Alucinante. Lo sucedido en la clase 49er de Vela no tiene otro calificativo posible. Resumamos: los españoles Iker Martínez y Xabi Fernández ocupaban la segunda plaza -Plata- antes de la última regata de la categoría, por detrás de los daneses Martin Ibsen -quien supongo no tendrá nada que ver con el filósofo- y Jonas Warrer.
El dúo danés realizó un entrenamiento previo a la última prueba, por su cuenta y riesgo, con el desafortunado resultado de la rotura del mástil, dadas las complicadas condiciones del clima. Una avería irrecuperable. Una lástima, sin duda.
Desesperados por lo sucedido, los daneses piden el barco al equipo croata, eliminado, quien alegremente la cede. Así, sin permiso ni homologación previa zarpan viento en popa a toda vela y logran alcanzar la meta en séptimo puesto -bajo bandera croata-, suficiente para conservar el oro a pesar de una bravísima victoria española. Los españoles reclaman la eliminación de los daneses, pero los jueces rechazan la queja después de 10 horas de deliberación.
Es decir, imaginen que Pedrosa se cae en Laguna Seca y le pide la moto a Lorenzo, lesionado, para ganar la carrera. O que Fernando Alonso le pide el Ferrari a Massa. O que Anky Van Grusven gana la competición de doma con el caballo de otro competidor. Y no pasa nada. ¿En qué cabeza cabe semejante razonamiento? Sólo en la de los jueces de esta regata y de la Federación Internacional, que no encontró en la acción una alteración de la prueba. No se si obnuvilados por el poder hipnótico del mar o del dios Baco. ¿Por qué no repetimos la prueba de los 3.000 metros obstáculos para reparar el error de nuestra Marta Domínguez?
Nunca había visto una decisión tan injusta y descabellada, alejada de cualquier lógica o razonamiento. El Comité Olímpico Español ha formalizado una reclamación a instancias más altas. Espero que se cumpla, por el verdadero espíritu olímpico.
P.D. Terrible accidente aéreo en Barajas. La muerte nos viene a buscar en apenas un suspiro. Nuestras condolencias a los familiares y amigos de las víctimas. Vano consuelo.