SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

miércoles, 13 de agosto de 2008

"¡POR FAVOR, COLÓCAME EL HOMBRO!"



Ya estamos sumergidos en el sueño olímpico. Los mayores atletas de la Tierra compiten para demostrar su talento al resto. Habrá momentos de gloria y coraje, momentos de alegría y tristeza, momentos de satisfacción y dolor.

El pasado sábado vivimos el, muy duro, de la sablista española Araceli Navarro. Navarro competía contra la estadounidense Rebecca Ward cuando un gesto brusco dislocó su hombro izquierdo. A pesar del dolor, la española rogaba al médico de la organización que se lo colocase en su sitio para seguir luchando. Impresionante. El doctor no se atrevió a manipular la articulación (en mi opinión con buen criterio pues podría haber causado un desaguisado) y el especialista de la selección (que procedía del Judo y como tal era un buen conocedor de las luxaciones) no pudo recuperarla en el tiempo dispuesto por las normas. Además, era una locura volver a la competición en tales condiciones, por muy valiente y sufrida que es esta chica.

Araceli tiene 19 años, muchos Juegos Olímpicos por delante. La gloria fue esquiva en esta ocasión, pero estará de su lado la próxima vez.

China no es Berlín

Los periodistas de pan y melón se atreven a comparar el Pekín olímpico con el Berlín del año 1936. Es cierto que en China existen restricciones y censura, pero no lo es menos que este inmenso país, más bien continente, se está abriendo -más deprisa de lo que parece y los Juegos ayudarán a ello- y no puede permitirse de la noche a la mañana una revolución estilo Tiannamen. Piensen, intrépidos periodistas, que un país de 1.300 millones de habitantes, no es precisamente sencillo de gobernar. Que cualquier inestabilidad significaría una catástrofe en pérdidas humanas y materiales. Utilicen el sentido común. De todas formas, si quieren ser más valientes, pueden plantarse en países como Arabia Saudí, Cuba, Irán, Venezuela... y denunciar sus continuos atropellos.

Coincido plenamente con este artículo de Manuel Morales do Val sobre el tema, salvo en un importante aspecto. Jesse Owens y el resto de negros americanos fueron mejor tratados en la Alemania que en los Estados Unidos de 1936, como ellos mismos atestiguaron (no así varios atletas judíos condenados al ostracismo por la propia delegación estadounidense). En todo caso, comparar ambos Juegos sólo revela el paupérrimo nivel intelectual de ciertos periodistas.

Artículo de opinión de Manuel Morales do Val