*Querido Javito. Has llegado al Nuevo Festival de cine Latinoamericano de Cuba como un John Ford ibérico, o un Stanley Kubrick de Vallecas. Y resulta que has declarado en el famoso "Granma" periódico oficial castrista que hay que "juzgar a Bush, Blair y Aznar por crímenes de guerra". Vaya, vaya. ¡Qué declaraciones tan valientes y comprometidas!
*A ver, querido Javito. Resulta que te encuentras en la finca privada de uno de los dictadores más longevos de la historia. Resulta que, mientras tú disfrutas de los lujos caribeños, existen más de dos millones de cubanos exiliados por todo el mundo.
*Resulta que estuviste nominado a un Óscar por la - por cierto pésima- interpretación de un famoso poeta cubano llamado Reinaldo Arenas. Un homosexual encarcelado en la famosa Isla de la Juventud, destinada desde el triunfo revolucionario a corregir las inclinaciones íntimas de los cubanos. ¡Qué curioso, Javito! El Reinaldo que tú interpretaste huyó como pudo hacia el malvado Imperio capitalista yankee, renegando de la felicidad socialista. Seguro que a tí te haría más ilusión encarnar al bravo Comandante Ché Guevara en lugar de a un ñoño escritor. Está claro que el papel no te caló muy hondo y que reincides en tu estupidez crónica.
*Resulta que no tienes el valor de siquiera dudar sobre Fidel Castro simplemente porque, al igual que muchos tontos útiles de la izquierda, admiráis a los dictadores que enarbolan las banderas del populismo. Hoy Fidel, mañana Chávez. Si cambias de opinión, te advierto, ten cuidado con la noche cubana. El servicio secreto de Castro es de los mejores del mundo. Te meten una agente camuflada en tu cama -o uno o varias o varios- graban todas tus pasiones y después te amenazan con publicarlas si pronuncias una sola crítica al régimen. Es el método habitual con famosos o famosillos que aterrizan en La Habana.
*Resulta que vas de progre, de libertario por la vida, y bajas la cerviz como otro borrego más en un país donde sólo existen medios de comunicación oficiales, donde la Internet está restringida, donde tienes un espía del gobierno entre tus vecinos (los famosos CDR), donde existen playas para turistas y playas para cubanos, donde puedes ser condenado a muerte por contrarrevolucionario, donde el Estado se queda con el 80% de tu sueldo (¿te gustaría que Fidel se llevase la cuota revolucionaria proporcional de tus contratos?), donde la gente prefiere tirarse al mar y enfrentarse a los tiburones para llegar a Estados Unidos que disfrutar de un idílico comunismo, donde su extraordinaria medicina obliga al servicio secreto a recurrir a especialistas españoles para curar al Comandante, donde su inmejorable educación convierte a los pequeños Pioneros en chivatos al servicio del Gran Hermano... En resumen, que eres un pollino, Javito Bardem. Un pollino sin remedio.