SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

lunes, 31 de diciembre de 2007

MOMENTOS OLÍMPICOS

En nuestra página semanal de "La Región" destacábamos como EL MOMENTO el arranque de corazón del atleta británico Derek Redmond. Corría una semifinal de los 400 metros lisos en los Juegos de Barcelona 92 cuando, a falta de poco menos de 170 metros, caía lesionado por una rotura de fibras. Redmond, absolutamente frustrado y cojo, lejos ya de cualquier opción de medalla por un mal paso, decidió terminar la carrera, recibiendo una ovación espectacular por parte de los 65.000 espectadores del Estadio de Montjuic. Un gesto improductivo en cuanto a resultado, pero bellísimo y emocionante por la carga de orgullo y amor por el deporte que transmite.

En 2000, como promoción de los Juegos de Sydney, el Comité Olímpico presentó una serie de anuncios bajo el título de "Celebrate Humanity". Siete fragmentos con algunas de las imágenes inolvidables de la historia del deporte. El primero, titulado "Coraje", aludía a Redmond para enseñarnos que existen sentimientos no ponderables por medida alguna. En "Bronce", la alegría del equipo femenino nigeriano de 4x400 metros nos enseña a valorar lo logrado aunque no sea el primer puesto. Idéntica lección vemos en "Plata", personificada en la incontenible emoción del halterófilo búlgaro Yoto Yotov, también en Barcelona 92. "Gigante" nos recuerda saltos que significaron algo más que una simple medalla, como la victoria de Jesse Owens en la longitud de Berlín 1936 o la enorme prueba de valor de la gimnasta estadounidense Kerry Strug, capaz de saltar el potro lesionada para asegurar el oro de su país en Atlanta 96. El resto de anuncios: "Rimas", "Sonrisa" y "Adversario", conjugan diferentes aspectos para resaltar lo más bello del deporte. Una serie que hoy os presento recopilada y subtitulada en portugués. Por eso nos gusta el deporte, y no los espectáculos tan vomitivos como el País Vasco-Cataluña de la semana pasada, que sólo nos recuerdan al estadio Olímpico de Berlín en pleno delirio nacional-socialista. El deporte debe mostrar lo mejor del ser humano y no sus miserias.