SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

miércoles, 12 de diciembre de 2007

VANDALIA CEIBE (III): El ciudadano impecable

"Es calamidad de estos tiempos que los locos guíen a los ciegos".
W.Shakespeare. El Rey Lear

"Sepan que olvidar lo malo, también es tener memoria".
Martin Fierro

"Hay algo así como una tendencia a la autoflagelación en los intelectuales. Les encanta darle la razón a quienes les están quitando la libertad".
Milán Kundera



Los nuevos héroes, escribe Enzesberger, ya no se muestran a las multitudes sobre bases relinchantes. El caballo sobre el que se levantaba Franco en Ferrol, se levanta el Cid en Burgos o Napoleón en cualquier ciudad francesa, son especies en extinción que en muchos lugares han desaparecido del paisaje urbano como las estatuas colosales de Mao, Stalin, Lenin o Enver Hoscha. Solo Corea del Norte mantiene esas moles congeladas que al primer cambio libertario serán derribadas por las masas anóxicas en busca de aire fresco. El nuevo héroe tiene otro perfil y otra tarea: el desmantelamiento, tarea compleja ya que cualquier cretino puede lanzar una bomba pero resulta mil veces mas dificil desmantelarla. El Adolfo Suarez de la transición, el Gorbachov de la Perestroika, el Jaruzelsky polaco, son ejemplos de estos nuevos héroes que desmantelaron los sistemas que los crearon y lo hicieron además sabiendo que serían rechazados por los suyos como traidores y por los beneficiados del desmantelamiento, por su origen democráticamente impuro. Estos últimos críticos pertenecen a la amplia categoría de los ciudadanos impecables.

El desmantelamiento político comunista parece haber terminado en Occidente. Otra cuestión es desmantelar los fundamentalismos, los regimenes corruptos, los modos de consumo suicidas: ¿Que hacer con Argentina, su peronismo y su evitismo, con el Zaire, Ruanda o Liberia?. ¿Como hacer respirable Arabia Saudita?. ¿Quien detendrá el calentamiento global - esto si que es globalización perversa- obligando a sus votantes a frenar su despilfarro suicida?. ¿Como desmantelar en fin la lengua de corcho que repite clichés y niega las evidencias de la catástrofe del socialismo real y sus múltiples genocidios?. ¿ Interevención…? ¿No injerencia aunque exista un genocidio en marcha?.



Un nuevo ciudadano ocupa hoy la escena política: Rafel del Aguila[1] lo llama el ciudadano impecable .Sus orígenes parecen ser mas antiguos. En 1919 en La política como vocación, Max Weber diferenció dos tipos de moral: la de la conciencia y la de la responsabilidad. La moral de conciencia solo se preocupa por la pureza de sus nobles intenciones, se rige de acuerdo con sus convicciones sin preocuparse de cuales puedan ser las consecuencias de su actitud aunque el resultado sea el contrario del que se pretende. Es como la fábula del mono impecable que en ocasión de una inundación vio desde el árbol al que se había subido como un pez luchaba desesperadamente contra la corriente. Empujado por su moral de conciencia lo rescató del agua con un gesto impecable con las consecuencias que se pueden imaginar. Es el “impecable” Bertrand Russell el que declara en 1937: "La Gran Bretaña debiera desarmarse y si los soldados de Hitler nos invadieran, debieramos acogerlos amistosamente como si fueran turistas; así perderían su rigidez y podrían encontrar seductor nuestro estilo de vida”. Menos mal que había en ese mismo tiempo alguien llamado Winston Churchill que no era precisamente un ciudadano impecable[2].

Esta moral de la conciencia, escribe Max Weber, es buena para santos, mártires, profetas y contemplativos pero el hombre que entra en el juego político tiene que regirse por la moral de la responsabilidad que tiene en cuenta, sobre cualquier otra cosa, las consecuencias previsibles de sus acciones.

El relativismo cultural, pariente de esta moral de conciencia, dice Sebreli que comenta estos párrafos de Max Weber, acepta la moral de la conciencia en nombre del respeto incondicional por la existencia del otro pero da validez a sociedades que no merecen respeto porque confunde el ser, con el deber ser. El relativismo tiene éxito porque exime a los miembros de culturas rivales que están obligados a vivir en comunidades contiguas de cuestionar peligrosamente las afirmaciones ajenas. Es posible, escribe Fernandez Armesto, que la verdad esté ahí fuera esperando ser descubierta pero: ¿No sería mejor dejarla sin reclamar?...en la aldea global necesitamos virtudes de buena vecindad… nuestra prioridad es evitar el conflicto…la verdad amenaza la paz…(el relativismo) condena a los defensores de la verdad al status de un residuo sectario[3] .

Peligrosa situación esta, que nos lleva a respetar creencias y hábitos no respetables. No era precisamente un relativista el el coronel inglés colonial que le dijo al brahamán que defendía el sati, el derecho de quemar viva a la mujer en la pira funeraria de su marido siguiendo la costumbre tradicional hindú: "Mi nación tiene también una costumbre. Cuando los hombres queman a sus mujeres vivas los colgamos. Actuamos de acuerdo con nuestras costumbres nacionales". Allam Bloom, un profesor de Universidad americano etiquetado en un nuevo ejercicio de pereza intelectual,de casi fascista por sus colegas progresistas de los campus americanos, acotumbraba a plantear a sus alumnos justamente este problema del sati: ¿Qué haría usted si una mujer hindú es obligada etc etc.?. La respuesta de sus alumnos era para Blomm fácil de adivinar. Después de un silencio perplejo, el relativista alumno decía : “En primer lugar los ingleses no tenían nada que hacer en la India…”. No había segundo lugar y la pregunta valía sin la presencia colonial inglesa como sigue valiendo hoy una pregunta semejante sobre la ablación del clítoris o el burka.

De modo sorprendente pese a la similitud de sus ideas Del Aguila apenas menciona a Max Weber en su teoría del ciudadano impecable en sus dos variantes: el profeta impecable y el sacerdote (o intelectual) impecable, este último, propio de las sociedades democráticas de occidente. El intelectual impecable escribe del Águila, supone que los conflictos políticos son en cierto modo aparentes y siempre pueden solucionarse de manera adecuada encontrando la solución, (la receta), racionalmente correcta: un poco más de diálogo, un poco más de razón, un poco más de derecho bastan para resolverlo todo (el terrorismo vasco o la crisis serbia). Si estas sencillas cosas no se hacen se debe sin duda a la mala voluntad del poder establecido...porque los conflictos políticos se producen por culpa de los poderosos y en realidad los que se oponen al poder, (poco importa cuáles sean sus medios o sus fines), desafían a la autoridad y entran de lleno en lo que es legítimo y justo...la razón...está del lado de los que se oponen al poder.






Así, estos impecables exigen constantemente soluciones perfectas a los dilemas mas extremos: no a la guerra de Kosovo y no al exterminio de kosovares; no a la intervención en Bosnia y si a la intervención en Bosnia; paz sin ejércitos; solidaridad sin sacrificios; aumento de los gastos sociales y reducción de impuestos (Del Águila) y todo ello acompañado generalmente de una ignorancia casi total de los problemas en cuestión. El enfervorizado defensor de los palestinos y enemigo mortal de Israel es incapaz de relatar siquiera aproximadamente los avatares del territorio de Palestina en los últimos dos mil años,desconoce la declaración Balfour, el informe Peel, el Sykes-Picot, el papel del Muftí de Jerusalem, pronazi que aparece sonriente en sus fotografías con Hitler apoyando la “solución final”, la sucesión de hechos en ese territorio, la creación de Transjordania en la que se implanta de manera artificial al rey Abdullah, de una dinastía, la Hachemita de Arabia Saudí que había sido derrotada en las guerras tribales saudíes para gobernar una población formada en un 90 % de palestinos a los que Hussain, padre del rey Hussein no tuvo reparo en masacrar matando a mas de 15.000 en un Septiembre Negro. Tambén ignoran que en el ataque que cinco naciones árabes lanzan sobre Israel el día de la proclamación de su independencia siguiendo el mandato de la ONU, Israel apenas contaba con tres pequeñas franjas de territorio separadas entre sí y su territorio era en un 80 % desértico. Los 400 o 600.000 refugiados palestinos que abandonan esos territorios siguen viviendo hoy en campamentos provisionales porque sus generosos y ricos vecinos árabes se negaron a integrarlos. Los casi 700.000 judíos nunca mencionados, que fueron obligados a abandonar al mismo tiempo Egipto, Siria, Irak, Libia etc donde vivían hace siglos se integraron en Israel sin dificultades. Es dificil hablar con gentes que ignoran todo incluso la localización geográfica de Israel sin que eso le preocupe lo mas mínimo o repiten sin mencionar el otro lado los antecedentes terrorristas de los dirigentes israelíes, que los hay, o se refieren a los niños “asesinados” por el ejército de Israel mientras los niños israelitas despedazados por un terrorista suicida simplemente han “resultado muertos”. El mismo discurso ignorante y simplificador se repite en no importa que problema: el Prestige, las guerras de Irak, la globalización, la adopción por homosexuales … En todos estos problemas tendremos que padecer la repetición de los rancios clichés del progresismo reaccionario. Son aquellos que durante años no dijeron nada del muro de Berlin, los que ahora se escandalizan del muro israelí, los que permanecieron callados ante la invasión de Afganistan por la Unión Soviética y el genocidio alli cometido, los que no se acuerdan de los masivos asesinatos de Stalin de Lenin, de Mao de Pol Pot, los ahora pacifistas y respetuosos defensores de la no injerencia . No se trata de negar la responsabilidad de Israel, de Bush o de quien sea, (que sin duda la tienen y en alto grado), sino de evitar las inmensas ruedas de molino con las que una izquierda que hace años renunció al pensamiento intenta imponer un pensamiento único que en un giro irónico es justamente lo que suelen criticar en los demás.



Es la hora de lo que Finkielkraut llama los “Grandes Simplificadores”, la hora de situar a los Estados Unidos e Israel en el mal absoluto, Busharon, no dejando espacio para una crítica minimamente informada que es substituída por clichés tan enfaticos como falsos y triviales. Es Chomsky un judío profesor de hebreo, prologando el libro de Faurisson que niega la existencia de los campos de exterminio nazis. ¿ Es este el gran pensador de la izquierda?. ¿Garantiza su talento en lingüística la suficiencia de sus incursiones políticas?. Raymond Aron decía poco antes de su muerte, que lo que había provocado el odio de los Sartre y compañía, era el haber tenido razón antes que ellos, el haber denunciado el Gulag, el satalinismo en momentos en que la izquierda ciega cerraba filas negándose a ver lo evidente. Hoy es Sartre y no Aron o Camus el ensalzado.





Para que seguir. La mayoría de estos impecables intelectuales- que suelen formar parte del Profesariado, es decir, del profesorado que entiende que su tarea es el adoctrinamiento más que la enseñanza. Viven bajo el temor de que alguno de sus viejos compañeros de viaje pueda pensar que ya no es de izquierdas, que ya no comulga diariamente con los clichés del progresismo reaccionario. Ni siquiera tienen en cuenta a compañeros de viaje como el norteamericano palestino recientemente fallecido Edward Said, (por otra parte crítico radical del experto en el Islam Bernard Lewis o de Huntintong), que llamó al Arafat al que cantaron algunos de nuestros artistas en su ultima visita, “nuestro Papa Doc”, un recuerdo haitiano para este gobernante corrupto que evadió millones de euros de la ayuda europea para su pueblo o los utiliza armando a los terroristas palestinos, por parte de alguien al que no se le puede acusar precisamente de antipalestino.

La situación ha llegado a tal punto que David Horowitz mantiene con otros resistentes, una página en Internet ( http://www.frontpagemagazine.com/) en la que se pide al gobierno americano que promulgue una ley que defienda el derecho a la libre expresión de las ideas en los campus norteamericanos, libre expresión de las ideas liberales o simplemente de las “ideas” no izquierdistas se entiende, ya que hoy, y es un caso real, es posible seguir un curso de doctorado sobre ¿Por qué Bush es un criminal de guerra? y no se permite por ser politicamente incorrecto, un curso sobre, ¿Por qué Sadam Hussein es un criminal de guerra?.

Si hay algo irritante cuando se vive rodeado de colegas “impecables” es la imposibilidad de discutir sobre no importa que mas allá de los habituales clichés progresistas. Es insoportable el antiamericanismo sin fisuras de la izquierda, que por otra parte no vacila en frecuentar los USA y enviar a sus hijos a estudiar allí, el antisemitismo no menos inconsecuente, (en Israel podrían vivir incluso fundar un partido pro-arabe, en Palestina no durarían un mes), su castrismo impresentable (no su cubanismo que les exigiría defender para ese pueblo las mismas libertades que ellos disfrutan) y tantas otras militancias no menos rancias o al menos simplificadoras.
Hay tragedia, escribió Pascal Bruckner refiriendose al conflicto árabe-palestino, cuando ambas partes tienen igualmente razón, pero eso es algo muy diferente a ser propalestino o ser projudío. Paciencia… y a no callarse aunque los “amigos” digan que “quien nos vió y quien nos ve”.

PD: Ultimamente he decidido cobrarle a mis amigos progresistas el trabajo de “sparring”. Ofrezco un amplio catalogo de ideas liberales durante la comida a las que ellos pueden atacar grupalmente con los habituales clichés fortaleciendo así sus ideas izquierdistas y su sentimiento de impecabilidad. Las tarifas son variables: liberal moderado (pagan la comida); conservador agallardonado (comida y Campillo Gran Reserva); antiguo izquierdista hoy escéptico (comida y Petrus).Si se incluyen notas históricas, casi siempre obligadas dada la ignorancia del auditorio, se exige marisco en el menú.

El camarada converso


[1] .Rafael del Aguila.
[2] International Herald Tribune del 2 de abril de 1987 en la sección “50 years ago”.
[3] F.Fernandez Armesto. Historia de la Verdad. Herder.1997.