No es la de Gamoneda una poesía que me llegue y me acompañe como a su entusiasta lector, el dilapidador e iletrado Presidente Zapatero. Repaso una Antología de su obra recientemente publicada.
Gusta de las inversiones: no hay más pasión que la indiferencia; sabes que es real lo que no existe; amo cuanto más está abandonando; No hay más que rostros invisibles; muge el silencio… Gamoneda parece lleno de hervores y de ardores: hierve la luz en los espinos; hirviente cabellera; la cal hervía amenazada por la sombra; hierven las cámaras corporales; en mi piel hierven sus lágrimas; la luz hierve debajo de mis párpados; esa es tu audición cuando el azúcar hierve; arden en mí los significados; queda un placer: ardemos; arde su exceso de realidad; el vino arde en el rostro de los obreros; arde algo dentro de lo invisible; la arcilla ardía en el silencio; arde su exceso de realidad… También le va el azul: las redes azules de los párpados; aceite azul sobre tu lengua; pureza azul de los cuchillos… Sus metáforas gritan: Vengo del metileno y del amor; no hagas incesto en los armarios; la envidia avanza como el aceite sobre cartones amarillos; bajo los grandes decimales suda la plata funeraria; mientras la grasa y el olvido se extienden por tus venas...
Lo ardiente y lo hirviente me recuerdan el infierno; el azul el cielo; la inversión que todo es, puede ser, su contrario. Si lo real es lo que no existe, el silencio muge, los rostros son invisibles y la pasión es la indiferencia…¿Qué será la poesía de Gamoneda?. Ya que de inversión se trata yo diría que a esta poesía le falta un hervor y a nuestro Presidente, ejemplar perfecto del "Despotismo Iletrado”, dos (y eso sin añadir su entusiasmo por su botafumeiro de cabecera, Suso de Toro).
El camarada converso