La cabaña política nacional se embelesa hablando de nuestra estupenda democracia, "la que nos dimos los españoles" (sic). Un mundo feliz donde los tres poderes -Ejecutivo, Legislativo y Judicial- son ¿independientes? Un breve análisis nos revela que nuestro mundo real no es un sistema democrático, sino partitocrático. Donde los Partidos Políticos -dos en esencia- simplemente han sustituído al Caudillo que fusionaba los tres poderes en su persona, convirtiendo la política en una carrera de compra o adquisición de votos para perpetuarse en la poltrona, monopolizando todas las ramas administrativas y disfrutando alegremente del dinero público. Los intereses del país son lo de menos. La verdadera política, la de servir al ciudadano parece ya restringida a pequeños núcleos de población, porque siempre hay, y habrá, personas honradas en todos los puestos. No cabe duda.
¿Independientes? Sí. Cataluña, el País Vasco y próximamente hasta La Rioja, de continuar esta carrera desenfrenada en nuestro maravilloso Establo de las Autonomías. Obra y gracia de la UCD, del PSOE y el PP, con la inestimable colaboración de IU y los partidos independentistas (los más españoles a la hora de cobrar los impuestos de todos). El Poder Judicial es un reparto -de nuevo- entre los dos mayores rebaños políticos, como podrán leer a continuación. La vida real dentro de nuestro mundo feliz.