"Por Dios que he intentado dejarlo, pero no puedo. Lo llevo en la sangre". El californiano John Daly (1966, Carmichael) contrasta en un tradicional deporte de caballeros como el golf. Gordo, histriónico, alcohólico, fumador tan compulsivo como ludópata, es capaz de sorprender con golpes imposibles o perder un torneo a escasos centímetros del hoyo final. Su vida responde a lo segundo. Saltó a la fama en 1991, pero su cabeza inestable está arruinando su talento y bolsillo. Ha pasado por tres clínicas de rehabilitación, ha dilapidado 60 millones de dólares en Jack Daniel´s y casinos, según sus cálculos. Ha sido acusado en dos ocasiones por maltrato y una por acoso. Multado en el circuito profesional con 90.000 euros por diversos desacatos. Después de tres divorcios, afronta su cuarto matrimonio con Sherrie, una chica angelical recientemente detenida por asuntos de juego y drogas. En 1999 Daly anunció su retirada, vencido por el alcohol. Hoy sus devaneos cautivan a medio Estados Unidos, donde se preguntan de forma morbosa cuál será el próximo hoyo.
Publicado en La Región (02-07-2007).