Ha sido la gran cita musical del verano. El festival “made in Brasil “ Rock in Rio ha cerrado sus puertas tras dos fines de semana de intensa actividad musical y, tambien, comercial. Todo ello situado en la Ciudad del Rock, en Arganda del Rey (Madrid), un faraónico complejo de 200.000 metros cuadrados levantado en medio del desierto que ha albergado a mas de 300.000 personas durante los 5 días que ha durado el evento. Y como ya se sabe que para opinar hay que conocer pues allí me planté, concretamente el viernes 4 de julio.
Bajo un sol de justicia y en compañía de mi querida amiga Jenny, llegamos a la Ciudad del Rock tras sobrevivir a una serie de intermitentes atascos en la A-3 (Madrid es lo que tiene…) justo a tiempo de ver en el gigantesco escenario Mundo a la polémica Amy Winehouse, cuya presencia en el cartel había sido mas que cuestionada en vista de los ya conocidos hábitos saludables de la chica (que Keith Richards le haya advertido de lo peligrosas que son las drogas tiene su guasa). Amy llegó viva, lo cual ya es bastante. Con uno de sus estilismos imposibles y acompañada por una copita de vino por aquello del calor, ofreció una correcta actuación (recordemos el bochornoso espectáculo que protagonizó en Lisboa hace un mes). Sin enrollarse demasiado, deleitó al respetable con su prodigiosa voz con temas como “Rehab”, “You know i’m no good” o “Back to black”. Su concierto supo a poco, apenas una hora y media, y Amy se fué tal y como llegó, a bordo de un helicóptero.
Toca pausa y nos vamos a dar una vuelta para ver todo este tinglado. Todos los patrocinadores y empresas colaboradoras tienen su stand en el que muestran sus productos y regalan artículos para atraer la atención de los asistentes. El todopoderoso Corte Inglés dispone de un lujoso espacio con bar y escenario incluidos (aparte de otro exclusivo recinto que incluía una pasarela por donde cada día desfilaban algunos de los modelos mas populares de nuestro país). La firma L’Oreal ofrecía sesiones de maquillaje y regalaba muestras de sus productos estrella. Muy divertido el stand de los preservativos Control que simulaba una capilla de Las Vegas donde se oficiaban matrimonios al estilo Alaska y Mario Vaquerizo. Por supuesto no faltaban unas amables azafatas que, velando por la salud sexual del asistente, repartían muestras del producto a diestro y siniestro.
Le toca el turno a Jamiroquai. Con algún kilo de mas (los años no pasan en balde) y vestido con atuendo deportivo y un asfixiante gorro de punto hizo bailar al público con éxitos como “Cosmic girl”, “Little L”, “Deeper underground” y “Virtual insanity”. Al contrario que Amy, Jamiroquai se preocupó de conectar con la gente ofreciendo un espectáculo alegre y dinámico si bien es cierto que ya no se marca esos inconfundibles bailecitos de antaño. Eso sí, la camiseta la sudó a conciencia, el chico se portó.
De nuevo pausa y toca cenar. Nos dirigimos hacia uno de los numerosos puestos de pizza donde las colas son interminables (de las del WC ni hablamos) y los precios no son precisamente populares. Con el avituallamiento en mano seguimos nuestro recorrido por el recinto. Aparte del ya mencionado escenario Mundo (con tirolina incluída y césped artificial, todo un acierto…), la Ciudad del Rock cuenta con dos espacios mas. Por un lado el Hot Stage, donde habían tenido lugar las actuaciones de Orishas y Los Delinqüentes, cuya estructura se asemeja a un cubo coloreado en varias tonalidades de azul, y por otro la zona de música electrónica cuyo diseño original y futurista me pareció de lo mejorcito. También cuenta con una noria que le da un toque “port aventura” visible desde varios kilómetros a la redonda.
Volvemos al escenario Mundo donde ya se nota el poder de convocatoria del siguiente artista. Shakira y sus caderas son las encargadas de poner el broche final a la jornada. La colombiana llegó, vió y venció con su simpatía y sus sugerentes movimientos. Abrió el espectáculo con “Te dejo Madrid” para seguir con temas como “Las de la intuición”, “Suerte”, “La tortura” (sin Alejandro Sanz, afortunadamente...) o “Don´t bother”. Compartió protagonismo con todos los integrantes de su banda y conectó totalmente con un efervescente público entregado a sus encantos. Aparte de sus contoneos orientales, sorprendió su potente chorro de voz apenas perceptible por televisión. Con una colorista interpretación de “Hips don’t lie” cierra su impecable show dejando al respetable con ganas de mas pero los fuegos artificiales nos indican que el chiringuito cierra hasta mañana. Aun nos queda la opción de mover el esqueleto en el espacio de música electrónica donde el DJ de turno y unas siderales gogós se encargan de que el ambiente no decaiga.
Bajo un sol de justicia y en compañía de mi querida amiga Jenny, llegamos a la Ciudad del Rock tras sobrevivir a una serie de intermitentes atascos en la A-3 (Madrid es lo que tiene…) justo a tiempo de ver en el gigantesco escenario Mundo a la polémica Amy Winehouse, cuya presencia en el cartel había sido mas que cuestionada en vista de los ya conocidos hábitos saludables de la chica (que Keith Richards le haya advertido de lo peligrosas que son las drogas tiene su guasa). Amy llegó viva, lo cual ya es bastante. Con uno de sus estilismos imposibles y acompañada por una copita de vino por aquello del calor, ofreció una correcta actuación (recordemos el bochornoso espectáculo que protagonizó en Lisboa hace un mes). Sin enrollarse demasiado, deleitó al respetable con su prodigiosa voz con temas como “Rehab”, “You know i’m no good” o “Back to black”. Su concierto supo a poco, apenas una hora y media, y Amy se fué tal y como llegó, a bordo de un helicóptero.
Toca pausa y nos vamos a dar una vuelta para ver todo este tinglado. Todos los patrocinadores y empresas colaboradoras tienen su stand en el que muestran sus productos y regalan artículos para atraer la atención de los asistentes. El todopoderoso Corte Inglés dispone de un lujoso espacio con bar y escenario incluidos (aparte de otro exclusivo recinto que incluía una pasarela por donde cada día desfilaban algunos de los modelos mas populares de nuestro país). La firma L’Oreal ofrecía sesiones de maquillaje y regalaba muestras de sus productos estrella. Muy divertido el stand de los preservativos Control que simulaba una capilla de Las Vegas donde se oficiaban matrimonios al estilo Alaska y Mario Vaquerizo. Por supuesto no faltaban unas amables azafatas que, velando por la salud sexual del asistente, repartían muestras del producto a diestro y siniestro.
Le toca el turno a Jamiroquai. Con algún kilo de mas (los años no pasan en balde) y vestido con atuendo deportivo y un asfixiante gorro de punto hizo bailar al público con éxitos como “Cosmic girl”, “Little L”, “Deeper underground” y “Virtual insanity”. Al contrario que Amy, Jamiroquai se preocupó de conectar con la gente ofreciendo un espectáculo alegre y dinámico si bien es cierto que ya no se marca esos inconfundibles bailecitos de antaño. Eso sí, la camiseta la sudó a conciencia, el chico se portó.
De nuevo pausa y toca cenar. Nos dirigimos hacia uno de los numerosos puestos de pizza donde las colas son interminables (de las del WC ni hablamos) y los precios no son precisamente populares. Con el avituallamiento en mano seguimos nuestro recorrido por el recinto. Aparte del ya mencionado escenario Mundo (con tirolina incluída y césped artificial, todo un acierto…), la Ciudad del Rock cuenta con dos espacios mas. Por un lado el Hot Stage, donde habían tenido lugar las actuaciones de Orishas y Los Delinqüentes, cuya estructura se asemeja a un cubo coloreado en varias tonalidades de azul, y por otro la zona de música electrónica cuyo diseño original y futurista me pareció de lo mejorcito. También cuenta con una noria que le da un toque “port aventura” visible desde varios kilómetros a la redonda.
Volvemos al escenario Mundo donde ya se nota el poder de convocatoria del siguiente artista. Shakira y sus caderas son las encargadas de poner el broche final a la jornada. La colombiana llegó, vió y venció con su simpatía y sus sugerentes movimientos. Abrió el espectáculo con “Te dejo Madrid” para seguir con temas como “Las de la intuición”, “Suerte”, “La tortura” (sin Alejandro Sanz, afortunadamente...) o “Don´t bother”. Compartió protagonismo con todos los integrantes de su banda y conectó totalmente con un efervescente público entregado a sus encantos. Aparte de sus contoneos orientales, sorprendió su potente chorro de voz apenas perceptible por televisión. Con una colorista interpretación de “Hips don’t lie” cierra su impecable show dejando al respetable con ganas de mas pero los fuegos artificiales nos indican que el chiringuito cierra hasta mañana. Aun nos queda la opción de mover el esqueleto en el espacio de música electrónica donde el DJ de turno y unas siderales gogós se encargan de que el ambiente no decaiga.
Decidimos volver a casa y vivimos una auténtica odisea para salir del parking donde miles de coches se agolpan para salir. Ni una señal que indique el recorrido de salida, ni nadie encargado de poner orden… Durante una caótica media hora se impone la ley de la jungla. A estas alturas el cansancio y la paciencia no hacen buenas migas y los ánimos se alteran. Finalmente todo vuelve a su cauce y conseguimos salir con nuestra integridad física intacta.
Resumiendo, en general me pareció bien montado. No es fácil dar cabida a tanta gente y mucho menos comodidad y yo creo que se ha conseguido. Los escenarios eran magníficos y contaban con un excelente sonido pese a que por tv no daba esa impresión. Una idea buenísima lo del césped artificial, sobre todo para todos aquellos que, incomprensiblemente, acudieron en chanclas o sandalias reuniendo todas las papeletas para acabar con los pies destrozados. Las opciones de ocio eran infinitas y no había lugar para el aburrimiento. En contra, las inevitables colas que se formaban en los puestos de comida y quizás tanto despliegue comercial que a mi entender restaba cierto protagonismo a la música en sí. Los precios, caros y abusivos en algunos casos, ya solo la entrada costaba 69€. Si a ello le sumamos el cenar algo (comida y bebida menos de 6€ nada) y algún caprichillo como la camiseta oficial del evento (30€) no todos los bolsillos pueden permitírselo. De hecho, una amplia mayoría de la flora y fauna que pululaba por el lugar no tenía aspecto de tener problemas para llegar a fín de mes. Otro inconveniente a destacar es la temprana hora de comienzo de los conciertos (a las 17:30 en el Hot Stage y a las 19:30 en el escenario Mundo), contando con que estamos en Madrid en pleno mes de julio las posibilidades de ganarse alguna que otra lipotimia son altas
A pesar de no cumplir las expectativas de congregar a medio millón de personas, los organizadores del megafestival hacen un balance positivo de estos 5 días y anuncian una nueva edición para el 2010 comenzando a barajar algunos nombres para el futuro cartel. ¿Repetirá Amy o para entonces habrá dado con sus huesos en el suelo de algún baño? Señores, hagan sus apuestas.
Resumiendo, en general me pareció bien montado. No es fácil dar cabida a tanta gente y mucho menos comodidad y yo creo que se ha conseguido. Los escenarios eran magníficos y contaban con un excelente sonido pese a que por tv no daba esa impresión. Una idea buenísima lo del césped artificial, sobre todo para todos aquellos que, incomprensiblemente, acudieron en chanclas o sandalias reuniendo todas las papeletas para acabar con los pies destrozados. Las opciones de ocio eran infinitas y no había lugar para el aburrimiento. En contra, las inevitables colas que se formaban en los puestos de comida y quizás tanto despliegue comercial que a mi entender restaba cierto protagonismo a la música en sí. Los precios, caros y abusivos en algunos casos, ya solo la entrada costaba 69€. Si a ello le sumamos el cenar algo (comida y bebida menos de 6€ nada) y algún caprichillo como la camiseta oficial del evento (30€) no todos los bolsillos pueden permitírselo. De hecho, una amplia mayoría de la flora y fauna que pululaba por el lugar no tenía aspecto de tener problemas para llegar a fín de mes. Otro inconveniente a destacar es la temprana hora de comienzo de los conciertos (a las 17:30 en el Hot Stage y a las 19:30 en el escenario Mundo), contando con que estamos en Madrid en pleno mes de julio las posibilidades de ganarse alguna que otra lipotimia son altas
A pesar de no cumplir las expectativas de congregar a medio millón de personas, los organizadores del megafestival hacen un balance positivo de estos 5 días y anuncian una nueva edición para el 2010 comenzando a barajar algunos nombres para el futuro cartel. ¿Repetirá Amy o para entonces habrá dado con sus huesos en el suelo de algún baño? Señores, hagan sus apuestas.
Trinity