SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

miércoles, 8 de agosto de 2012

GRACIAS, PHELPS

Como aquellos que vieron a Jesse Owens en Berlín o el '10' de Nadia Comanechi en Montreal, nosotros hemos tenido el privilegio de ver el ascenso, madurez y ocaso de un deportista ya eterno. Michael Phelps; para unos el tiburón, para otros la bala de Baltimore. Tras los dos primeros días de competición en Londres, el comentario general era 'Phelps está acabado', porque este nadador ha sido tan grande que un segundo o un cuarto puesto parecía indigno, una falta de respeto al público. Porque sus últimos 50 metros no eran tan inalcanzables como antaño. 

Un entrenador de baloncesto dijo: "Nunca subestimes el corazón de un campeón". Cierto. Phelps sacó lo mejor del suyo y acalló todas las críticas. Su último podio, su última medalla; su última, emocionada y nostálgica mirada al firmamento fue la despedida más hermosa, sin necesidad de pronunciar una sola palabra. 

Adiós al hombre más feliz dentro que fuera del agua. Gracias por mostrarnos todo su talento, corazón y trabajo. Gracias a todos sus rivales -Crocker, Lochte, Cavic, Cseh- por obligarle a superar sus límites. Hasta siempre.

Publicado en La Región (6-VIII-2012)