Jueves santo en el estadio
olímpico de Londres. Bolt y sus secuaces reafirmaron la dictadura jamaicana en
la velocidad, mientras el ‘masai’ David Rudisha batió el récord mundial en los
800, con siete rivales superando su marca personal.
Usai Bolt es un fenómeno sin techo conocido. Puro talento en un cuerpo privilegiado para la carrera. Seguro que le sobra alguna que otra payasada y cierto desdén en los últimos metros porque, o mucho me engaño, o creo que se volvió a dejar llevar cerca de la meta. Ganó con claridad, tapó bocas, se lo pasó en grande y ya está. Una actitud incomprensible, porque no concibo un deportista que no se intente superar en cada ocasión, más en unos Juegos.
Quizá le falte motivación y no le entusiasme competir contra el crono. Sería muy interesante y beneficioso para el atletismo que su compatriota Blake u otro rival, progrese hasta el punto de igualarle y obligarle a recurrir a esa reserva especial que, intuyo, posee este hijo del huracán. La competencia nos hace mejorar. El problema de Bolt hoy es que no la tiene.
Usai Bolt es un fenómeno sin techo conocido. Puro talento en un cuerpo privilegiado para la carrera. Seguro que le sobra alguna que otra payasada y cierto desdén en los últimos metros porque, o mucho me engaño, o creo que se volvió a dejar llevar cerca de la meta. Ganó con claridad, tapó bocas, se lo pasó en grande y ya está. Una actitud incomprensible, porque no concibo un deportista que no se intente superar en cada ocasión, más en unos Juegos.
Quizá le falte motivación y no le entusiasme competir contra el crono. Sería muy interesante y beneficioso para el atletismo que su compatriota Blake u otro rival, progrese hasta el punto de igualarle y obligarle a recurrir a esa reserva especial que, intuyo, posee este hijo del huracán. La competencia nos hace mejorar. El problema de Bolt hoy es que no la tiene.
Publicado en La Región (11-VIII-2012)